Alicia Arias/León, Gto.- Espinoza Paz ofreció un concierto de casi dos horas y media en su presentación en la Feria de León 2024. Huyó de una chica que lo quería besar, improvisó una canción, bailó con sus fans en el escenario y permitió que se “echaran” un “palomazo”. Un buen concierto para su público y, como dijo, una de las mejores noches para él.
El llamado “cantautor del pueblo”, Espinoza Paz, se presentó en lo que ha sido el concierto más largo que se ha realizado en el Foro Mazda hasta el momento. Salió al escenario a las 9:40, después de ofrecer una conferencia de prensa, y se despidió a las 12:06.
Manteniendo una narrativa que fue hilando cada una de las canciones como un hombre enamorado que perdió a su pareja, a quien extraña y compone canciones, Espinoza Paz lució contento y conmovido por la respuesta de su público que, aunque no llenó el Foro Mazda, sí hubo cupo total en la Zona Cero, donde hay que pagar el acceso.
Espinoza Paz contó con orgullo que su abuela materna es de la comunidad de Las Jícamas del municipio de Valle de Santiago, Guanajuato; y presumió sus antecedentes guanajuatenses.
No hubo canción que el público no coreara y que el artista agradeciera emotivamente, desde “Al diablo lo nuestro”, “Ponte en mi lugar”, “No llega el olvido”, “La mushasha shula”, “Esta es pa’ mi viejo”, “Inolvidable”, “Soltero feliz”, “Hombre normal”, “Enloquecido”, “La número 20”, “Perdóname”, “No me chingues la vida” y, por su puesto uno de sus más grandes éxitos “El próximo viernes”. Más de 30 canciones conocidas y una que improvisó en el escenario.
Luego de invitar a algunas de sus fans a subir al escenario a bailar con él, tuvo que enfrentar a una chica que insistía en besarlo, pero él le pidió que no lo hiciera y a cambio le cantó una canción que improvisó en ese momento.
Más tarde subió un joven a quien le permitió “echarse el palomazo”, quien le recordó al cantante que hace siete años le había ofrecido apoyo para grabar un disco.
También concedió una canción que le pidió un hombre que se encontraba en primera fila y a quien le pasó el micrófono para que “se echara un grito”.
Así transcurrieron las casi dos horas y media en las que el público disfrutó de un buen concierto y Espinoza Paz vivió en León una de sus mejores noches de su vida, como él lo dijo al despedirse.