TRUNCAN SUEÑOS DE MIGRANTES ITURBIDENSES

Miguel Mejía H./Jeshael Rivera V./ San José Iturbide, Gto.- Pedro y Daniel eran primos, casi de la misma edad. Jesús era mayor y primo de Daniel. Los tres, era originarios de la comunidad de Miranda y viajaban en el conocido tráiler que fue noticia internacional luego de que por una falla en el sistema de aire acondicionado terminara con la vida de 53 inmigrantes en Texas; 26 de ellos mexicanos.

Miranda se encuentra a 11 kilómetros de la cabecera municipal, con tramos de terracería y algunas carencias de servicios, se caracteriza por contar con menos de 700 habitantes. Cuenta con preescolar, primaria y telesecundaria.

Precisamente, Pedro y Daniel estudiaron en la telesecundaria local, al igual que Jesús, pero él lo hizo antes, años atrás, poco antes de que decidiera migrar a la Ciudad de México, donde actualmente radicaba.

En la comunidad, además de la agricultura, dos hornos de elaboración de tabique ubicados en ambos accesos a la localidad determinan su actividad productiva como en toda esa zona, donde además del trabajo en las fábricas, muchos de los pobladores optan por irse a trabajar de manera a Estados Unidos, sin documentación (la mayoría).

Tal es el caso de un menor, que previamente logró llegar; lo cual quizá motivó a otros jóvenes a irse.

Las tragedias como la del tráiler en El Paso son constantes, de hecho hace dos años fallecieron dos migrantes originarios de las localidades vecinas de Pozo Blanco y uno más de Villa del Capulín.

En esa aventura, hace como tres semanas partieron los dos primos, a quienes se les sumó el mayor proveniente desde la capital del país, donde tiene su familia.

La comunicación se cortó y finalmente hasta el día de ayer, con un doble de campana de la capilla se anunció lo que se temía: uno de ellos falleció en la caja de ese tráiler que se quedó sin ventilación y que se encargó de difundir por el mundo las condiciones en que viaja la mano de obra más barata.

Las familias no desean hablar. Al menos, eso le dijo una mujer a este reportero, que no había nada qué decir. La tristeza invade la comunidad.

Es hora del recreo en las escuelas, donde el tradicional jugueteo de los menores es cotidiano. Precisamente de donde apenas unos años Pedro y Daniel se sumaban, pero en la añoranza de ver mejorada su economía con la esperanza de irse a Estados Unidos.

Años antes Jesús lo hizo, y aunque ya radicaba en la capital del país se había perfilado hacia el norte, con el denominado “sueño americano” a un costo de 200 mil pesos (10 mil dólares).

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