PUBLICA REVISTA FRANCESA ARTÍCULO DE GOROSITO 

Kuali/París, Francia.- La revista El Café Latino, en su número de enero 2024 que se edita en París, publica el  artículo Ducasse/Lautréamont. Un mestizo de la literatura, (Un métis de la poésie et de la culture») de la autoría del Doctor Washington Daniel Gorosito Pérez, escritor, poeta, ensayista, investigador, periodista, sociólogo, catedrático universitario y analista de información internacional.

www.kuali.com.mx  y Kuali Noticias de Guanajuato, comparte este interesante texto del Maestro Daniel Gorosito.

Ducasse/Lautréamont

Un mestizo de la literatura

Texto : Daniel Gorosito

Un día 24 de noviembre de 1870, a las dos de

la tarde y en París, se levanta la siguiente

acta de defunción: “Isidore Lucien Duchase,

hombre de letras, de 24 años de edad, nacido

en Montevideo (América meridional), fallecido

esta mañana, a las 8 en su domicilio de la calle de Faubourg-

Montmartre, no 7, sin más datos. El acta ha sido levantada en

presencia del señor Jules François Depuis, hotelero, calle de

Faubourg-Montmartre, no 7, y de Antoine Millerte, camarero,

en idéntico domicilio, testigos que han formado con nosotros,

Louis Gustave Nast, adjunto de alcalde, tras haber leído y haber

comprobado el fallecimiento ante la ley”.

Este joven “hombre de letras” nació, pues, en Uruguay, país

desconocido para el redactor del citado documento, en abril

de 1846. Aquella fue la escueta papelería que dio cuenta de la

muerte oficial del creador del Conde de Lautréamont, quien

figuraba a su vez como autor de uno de los libros más decisivos

en la historia de la poesía del llamado Occidente: Los Cantos de

Maldoror. Porque Maldoror, personaje central de estos cantos

singularísimos, es generado por el parisiense Lautreamónt más

que por el montevideano Ducasse.

De Isidoro Duchase se sabe poco, según el investigador y

traductor Manuel Serrat, sus supuestos biógrafos apenas si

rozan la biografía de una sombra, de un fantasma. Pese a ser un

escritor de la segunda mitad del siglo XIX y haber residido unos

once años en Francia, no hay fotografías en las que pueda ser

identificado con certeza.

Sólo hay dos, relativamente divulgadas, de las que nadie

podría asegurar corresponden a ese joven nacido en Uruguay,

de idioma materno el francés, pero bilingüe, cuyo padre trabaja

en el Consulado de Francia en Montevideo. Agreguemos que la

madre de Isidore, una francesa de nombre Celestine Davezac,

es la sirvienta que, ya embarazada, se casará con el patrón;

fallecerá en diciembre de 1847, un año y ocho meses después

del nacimiento de Isidore.

Entre los datos que confirman la existencia histórica de Isidore

Ducasse, figuran asimismo la partida de nacimiento; ciertas

referencias a sus estudios en la provincia francesa (Tarbes, Pau)

y sus actividades literarias en París, la comprobación de por lo

menos un viaje a Montevideo, en 1867; un ejemplar de la Ilíada,

en traducción de Gómez Hermosilla, anotado por Ducasse;

alguna correspondencia; la constancia de un servicio religioso

en la Iglesia de Notre Dame de Lorente, el 25 de noviembre

de 1870, ante el cuerpo de Isidore Ducasse; no mucho más,

parece ratificado por el propio Ducasse: “Je ne laisserai pas des

Mémoires”. (Es decir, “No dejaré memoria de mí”, Poésies I)

Pero dejó una especie de memoria triple, o sea, la creada y

compartida por Ducasse/Lautréamont/Maldoror. El poeta, así

desdoblándose, colocó la violencia creativa del verbo poético en

los centros mismos desde los cuales se desarrollan el discurso

académico, la preceptiva literaria, la grisura crítica, la palabra

de la ley, los reglamentos del orden, la representación verbal

del poder. Y de esa memoria, que en buena parte se inventó a

sí misma, se nutrieron las vanguardias del siglo XX, en especial,

el surrealismo y continúan nutriéndose constantemente nuevas

generaciones de lectores y poetas.

Los Cantos de Maldoror, esta obra inubicable e inclasificable,

fue publicada en Bruselas con dinero del padre de Isidore

y su primera edición en 1869, no fue distribuida en Francia

por temor a la censura.

La censura se debe a que los cantos de Maldoror ofrece

al lector un mundo épico cargado de deshumanización, en

donde glorifica el sadismo, la obscenidad, la violencia y la

muerte, romantizando de esta manera el mal en una estructura

literaria que fluye abrumadoramente entre lo grotesco, bizarro

y lo satírico.

Esta obra inaprensible recién será recuperada en 1874, con

portada distinta, y se comercializará en Bélgica, esta obra impar

será reeditada en 1890, en París; esta obra irrepetible conocerá

nuevas ediciones, no sólo en francés, a partir de 1920 hasta hoy.

En 1891, Remy de Gourmont revelaría la existencia por hallazgo

casual, de dos cuadernos impresos en 1870: Poésies I y II, que

en ediciones diversas conformarán, con los Cantos, las obras

completas de este tenaz desmemorizador.

Y tan autodesmemorizador que matará a Lautréamont (y

por consiguiente, a Maldoror) al dar fin a la escritura de los

Cantos, para sí nacer como Isidoro Ducasse en las Poésies, y

reemplazar “la melancolía por el coraje, la duda por la certeza,

la desesperación por la esperanza, el escepticismo por la fe...”.

Algunos han incluido por limitación nacionalista quizá, en la

literatura uruguaya a Isidore Ducasse, cuando apenas si entra

en la francesa.

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