Washington Daniel Gorosito Pérez
Desde el año 1743, los esclavos provenientes de África empezaron a llegar a Montevideo, donde desempeñaron diferentes labores dentro de la economía colonial. Con ellos legó un importante bagaje de rituales y tradiciones entre ellos el Candombe.
Candombe es el nombre genérico que reciben diferentes danzas de origen africano en Uruguay, y nace de la conjunción de los más de 20 pueblos africanos que fueron traídos como esclavos a esa región del cono sur.
La comunidad africana y luego la afrodescendiente en Uruguay, durante décadas se mantuvieron practicando y desarrollando el Candombe, la expresión más notoria de los afrodescendientes en la República Oriental del Uruguay.
Según Oscar Montaño, historiador, activista y difusor de la cultura afrouruguaya desde hace más de 3 décadas, la población afrodescendiente de principios del siglo XIX, era de aproximadamente un tercio de todos los habitantes de lo que hoy es Uruguay, actualmente es un 6%.
Para Montaño, el candombe es un fenómeno tan fuerte, profundo y esencial que en lugar de haber desaparecido, destino al que fue condenado en distintas etapas históricas del país, sobrevivió, venciendo todas las barreras y represiones. Ha impregnado de tal manera a la sociedad uruguaya, que desde hace mucho tiempo es un elemento cultural que identifica a Uruguay dentro y fuera de fronteras.
“Los originarios candombes, realizados por aquellos africanos que encontraban en su música y danza una válvula de escape a la tragedia que enfrentaban, fueron una forma de sentirse vivos, a través de un íntimo e intenso impulso que llamaba a la rebeldía ante las imposiciones y el avasallamiento que eran objeto”, dijo el historiador en una entrevista a El País Domingo en 2021.
“En esos momentos (de esclavitud), al reunirse en las costas montevideanas, evocaban sus vidas en su madre África, haciendo del mar el enlace, el nexo entre aquella y ellos, y afianzando esas tradiciones a través de su fuerza espiritual”.
Por otra parte en una entrevista que le hiciera Reese Ehlich, al músico afro uruguayo, Eduardo da Luz, en agosto del 2000 este externó: “El candombe ha llegado a formar parte de la identidad de la gente uruguaya: los blancos, los negros y la gente mezclada”. A su vez afirma el músico: el interés creciente en las raíces africanas del candombe refleja un incipiente movimiento negro político y cultural.
Da Luz es un músico que vive en clave de Candombe y ha dedicado su vida a difundir este ritmo. “Me gustaría que mañana en los libros que usan los chicos en la escuela tengan la música negra, el candombe”.
Desde el año 2006, el 3 de diciembre, es el Día Nacional del Candombe. La fecha no es feliz, recuerda el 3 de diciembre de 1978 cuando, de manera espontánea, los tambores de candombe en llamada, sonaron por última vez en el célebre Conventillo Mediomundo de Montevideo.
El poeta afro-uruguayo José Roberto Juárez (Montevideo, 14 de febrero de 1902- Montevideo, 18 de agosto de 1964), en 1946 escribió el poema “Tambor”, el ritmo africano de Candombe que llena las esquinas de los barrios y las celebraciones negras y este ritmo está presente en el poema de Suárez que dice:
La dulce onomatopeya
de la lonja del tambor
cuando el palo bate en ella
nos trae una emoción bella
que es como un fulgor de la estrella
y al hacer la transición
del sonido a la palabra
abracadabra
tambor
en tu dulce melopeya
que va diciendo
tan-gó, tan- gó, tan- gó,
sacudiendo el corazón.
Es entonces que la sangre
de los negros en alboroto,
y se nos paran las motas
y…hasta la respiración .
Tambor,
cuando tu suenas
hierbe la sangre en las venas
y es la fiesta de colores
de los ruidos…del olvido…y los amores!
Y no hay espíritu abatido
que al sentir tu emotiva vibración
no sienta la conmoción
de tu isócrona cadencia
la que arrastra a la demencia
de ardiente frenesí
que hoy baila dentro de mí.
Cuando se escucha el compás
de tu ritmo enervador
no es posible tener paz,
y eres tú tan tentador
que toda mi alma se inflama
por esa incandescente llama
la que hace que su explosión
desborde mi corazón
cuando tú dices…
Tan- gó
Tan- gó
Tan- gó
Tan- góooo.
También en una estrofa del poema del mismo autor, titulado: “Barrio Reus al Sur”, que a continuación transcribo, se hace presente el tambor. El movimiento cultural negro pervive en las celebraciones de carnaval las tradicionales “llamadas” y en el ritmo del tambor. El negro siempre sentirá esa cadencia y seguirá el ritmo del tambor, un ritmo que siempre le ayudará a recuperar la conciencia de su raza.
Aquí no se sienten penas,
tiene su imperio el tambor
en la lonja cuando suena
el dulce borocotó.
En el año 2009, la UNESCO declaró al Candombe como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.