Enrique Avilés Rodriguez
En el siglo XV, cuando se exploraban las tierras recién descubiertas, se desarrolló una disputa entre las coronas de Castilla, Aragón y Portugal sobre qué parte de los nuevos territorios le tocaba a cada una de ellas. Para dar fin a este conflicto, se acudió a la respetada autoridad del Papa Alejando VI quién apoyado por sus cartógrafos dividió el océano Atlántico, otorgando el hemisferio oriental a Portugal y el hemisferio occidental a Castilla y Aragón. El acuerdo firmado se conoce como Tratado de Tordesillas, por el lugar en el que se signó.
Hasta donde se sabe el nombre del territorio portugués, Brasil, se le atribuye al navegante Pedro Álvarez Cabral y su tripulación, por el hecho de que en ese territorio abundan árboles rojos a los que llamaron Pau Brasil o palo brasa, por su color parecido a las brasas del carbón, que los nativos utilizaban como colorante de sus cuerpos y telas.
El argentino Atahualpa Yupanqui escribió que “…la guitarra antes de ser instrumento fue árbol y en él cantaban los pájaros. La madera sabía más de música antes de ser instrumento.” Por eso y por su inmensa vegetación, Brasil es considerado uno de los países latinoamericanos que son potencia musical, especialmente por sus sobresalientes guitarristas, igual que Cuba y México. Pero esas maderas también saben mucho de arte, especialmente de las xilografías que son madera grabada para producir carteles y diversas impresiones artísticas.
Al igual que los grandes grabadores mexicanos, el poeta y grabador brasileño Francisco José Borges (20 dic.1935-26 jul. 2024) y sus familiares plasmaron tipos populares, gente pobre tanto en momentos de festejo como de profunda tristeza.
En la Casa Brasil, se realizan visitas guiadas donde se nos informa que la xilografía es una de las tradiciones populares más importantes de Brasil. La técnica de usar una matriz de madera para imprimir imágenes en diversos soportes, en este caso papel, es milenaria, las impresiones son reproducidas a partir de una matriz en madera, en papel u otro soporte.
La xilografía brasileña tiene su exposición más importante en la llamada “literatura de cordel” propia de la cultura popular del noreste brasileño, que consiste en pequeños poemarios escritos a mano cuyas portadas son grabados, muchos de Borges, que se cuelgan en un cordel o tendedero y son reconocidos como patrimonio cultural inmaterial brasileño por el Instituto do Patrimonio Histórico e Artístico
Vivimos hoy en un mundo
De gran calamidad
Se acabó la paz en la tierra
la sociedad es barro
Es mentira, mi lector.
Criterio y modestia.
Todo, todo es vanidad.
Estos cuadernillos también contienen cuentos e historias como la de un legendario cangaceiro o bandolero, que combatió la dictadura de Getúlio Vargas, convertido en héroe popular, llamado Lampao, a quien Borges le dedicó varios grabados, junto a su compañera María Bonita, y también con su perro Jerónimo.
Borges también hizo portadas para libros de José Saramago, Eduardo Galeano, Ariano Suassuna y los hermanos Grimm. La fama nunca lo cambio, hasta su reciente muerte vivió una vida sencilla en Pernambuco, su tierra natal, junto a su familia a quien lego su arte y oficio que reflejan la vida cotidiana y los valores culturales del sertáo, la región semidesértica del nordeste de Brasil.