RETOMAR LA AGENDA DE COMBATE A LA POBREZA EN ALC

ENCUENTRO CON GOROSITO…

El mayor desafío estructural del desarrollo humano que tiene América Latina y el Caribe (ALC), más allá de la polarización política, el cambio climático, el crimen organizado y el bajo crecimiento económico es la pobreza y las desigualdades.

Debemos tener presente que para avanzar hacia una ALC próspera y resiliente es clave volver a poner en el núcleo central la pobreza en todas sus formas y dimensiones al centro del debate público e i9mpulsar nuevas respuestas desde las políticas públicas. 

El 29% de la población de la región, 181 millones de personas, vive en condiciones de pobreza monetaria y 33 millones sufren de pobreza multidimensional aguda. En décadas pasadas la región logró avances importantes en el combate a la pobreza aprovechando el progreso económico e por el boom de los commodities y la introducción de políticas públicas novedosas enfocadas a solucionar este flagelo.

Algunas de ellas fueron las transferencias monetarias condicionadas, los esquemas donde se entrega dinero en efectivo a los hogares en situación de pobreza a cambio de inversiones específicas en desarrollo humano, como ser que los hijos asistan a la escuela y a campañas de vacunación. Lamentablemente esa tendencia empezó a revertirse dos antes de la pandemia de Covid-19.

Revitalizar la agenda de la reducción de la pobreza pasa por retomar en la región esa capacidad innovadora y de decisión política. La propuesta de Brasil al Grupo de los 20 de impulsar una Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza es un excelente paso en ese sentido. 

Para ello es fundamental entender y medir las múltiples formas y dimensiones de la pobreza, asegurar una efectiva coordinación interinstitucional para el diseño e implementación de políticas y afinar la focalización y asignación de recursos a través de nuevos instrumentos de planificación. Dado el contexto en la región de bajo crecimiento económico y limitado espacio fiscal, la eficiencia es la clave para acelerar logros significativos.

Asegurar que las personas en situación de pobreza tengan las capacidades y oportunidades para vivir la vida que desean requiere de herramientas que capturen sus realidades y experiencias, incluyendo las múltiples carencias que las afectan en las distintas dimensiones del bienestar y que van más allá de la falta de ingreso, aseveró la experta Michell Muschett, quien es directora para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

El Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) Global, lanzado ene l 2010 por el PNUD y la Iniciativa de Pobreza y Desarrollo Humano (OPHI) permite complementar la medición y el análisis de la pobreza monetaria extrema con información sobre la situación de las personas en múltiples dimensiones socioeconómicas.

América Latina ha sido pionera en la adopción de IPM nacionales, con 12 países y dos grandes ciudades, Ciudad de México y Bogotá y pueden volver a ser un referente en cuanto a la reducción de la pobreza, reflexionó Sabina Alkire, quien es directora de la Iniciativa de Pobreza y Desarrollo Humano, de la Universidad de Oxford.

Si queremos retomar la senda hacia la erradicación de la pobreza en sus múltiples dimensiones debemos poner de vuelta la agenda de la pobreza y desigualdades en la agenda pública, y con ello promover espacios de diálogo, cooperación y consensos en torno a política públicas innovadoras y transformadoras que nos permitan avanzar hacia sociedades más igualitarias e inclusivas, de mayor bienestar para todas y todos.

Será la única manera que podremos caminar rumbo a un desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe (ALC), así que no esperemos más y demos juntos el salto en innovación pública que precisamos para un bienestar y desarrollo humano que no deje a nadie atrás.

      ¡Hasta el próximo encuentro…!

                                                        Dr.(c).Washington Daniel Gorosito Pérez

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