Alicia Arias/León, Gto.- La Arquidiócesis de León ha detectado en la última década nueve casos de abuso sexual cometido por sacerdotes en contra de nueve mujeres y cuatro hombres. Hay cero tolerancia para los responsables, aseguró el Arzobispo de León, Alfonso Cortés Contreras.
Esta mañana la Arquidiócesis de León informó sobre la creación de la “Comisión Diocesana para la protección de menores y adultos vulnerables, contra el abuso sexual por parte de clérigos o agentes de pastoral”, que está en funcionamiento desde el pasado siete de mayo.
El objetivo es “prevenir, tutelar y ayudar a las víctimas de estos delitos dentro de la iglesia”, comentó el arzobispo al señalar que “este es un tema muy importante en la vida de la iglesia porque se trata de hacer justicia y es un tema muy importante”.
Explicó que el Papa Francisco ha tomado el tema en sus manos e instruyó para que se formen las comisiones en cada Diócesis, porque lo que desde hace cinco meses se creó la respectiva comisión en la diócesis que preside y está conformada por sacerdotes y mujeres expertas madres de familia, un abogado y personas especialistas en derecho civil y derecho canónico.
13 VÍCTIMAS
Al hablar de la problemática que se vive en la Arquidiócesis de León, que abarca nueve municipios, el presidente de la comisión, quien es sacerdote y especialista en derecho canónico, Carlos Muñoz, informó que en los últimos 10 años han registrado nueve casos que involucran a 13 víctimas: nueve son mujeres y cuatro hombres.
Algunos de estos casos ya fueron resueltos legalmente, conforme a las leyes civiles y canónicas. Dos sacerdotes han sido expulsados del estado clerical y ya no pueden volver a ejercer el ministerio.
Uno de estos casos es el del sacerdote José Luis de María y Campos López, quien salió de prisión en el 2009 por buena conducta, tras haber sido sentenciado a seis años de cárcel por los delitos de abuso sexual y corrupción de menores en contra de tres menores.
Otro caso es el de Jorge Raúl Villegas Chávez, quien sigue preso en el municipio de Irapuato y fue sentenciado a 90 años de prisión por los delitos de abuso y hostigamiento sexual, violación y corrupción de menores en agravio de dos niñas que estudiaban en el colegio Atenas.
“Aunque hay casos que ya se han resuelto, de todas maneras la comisión debe atender el resarcimiento de daños o la recuperación de las personas porque ese es el objetivo: atender a las personas que han sido dañadas para que recuperen su estado normal lo más que se pueda con el apoyo de profesionales en este asunto”, explicó el sacerdote Carlos.
CERO TOLERANCIA
El arzobispo dijo que, como esos casos, en todos los demás se han dedicado a “atender un tema delicado y grave, que es público y que la iglesia ha tratado de frente a la sociedad” porque “se tiene buscar la verdad, se tiene que actuar con justicia y se tienen que actuar con firmeza y, también, guardando la dignidad y los derechos de las personas”.
Alfonso Cortés dijo que se tiene “tolerancia cero en esto” y la misma naturaleza de la cuestión requiere de honestidad.
De cada 100 casos de este tipo de delitos que se presentan en el mundo el 94 por ciento se da en las familias, escuelas y ambientes sociales; el seis por ciento ocurre en el ámbito de todas las comunidades religiosas que existen y, de ese número la mitad (tres por ciento) se da en la iglesia católica debido a la cantidad de las personas que la profesan.
La comisión está dedicada a la detección de casos de abuso sacerdotal en cualquier ambiente y trabaja en cinco ámbitos: escuelas católicas, parroquias, comunidades religiosas, seminario y presbiterio (que representa a los 142 sacerdotes de la arquidiócesis).
Una vez que se detecta o presume la existencia de un caso se trabaja con mucho cuidado para no revictimizar a las personas afectadas, se les ofrece y canaliza para que reciban acompañamiento psicológico, legal y espiritual; se les informan sus derechos y se les acompaña en el proceso de la denuncia penal, si así lo deciden las víctimas, ya muchas veces no desean interponer una demanda penal aunque siempre se les aconseja hacerlo para que el delito y/o abuso sea castigado con las leyes civiles y o solo las religiosas.
A MAYOR RESPONSABILIDAD MAYOR GRAVEDAD AL COMETER UN DELITO
“Con humildad hay que reconocer porque mientras más responsabilidad tiene uno en la vida más grave es un delito que uno pueda uno cometer. No es lo mismo que lo cometa un hermano sencillo, humilde, una persona común, con todo el respeto, a que lo cometamos una persona que tenemos responsabilidad pública. Son dos cosas distintas”, destacó el arzobispo.
Los servicios que presta la comision son gratuitos y el teléfono de contacto es 477 702 95 15.
Las funciones de la comisión son:
Trabajar en conjunto con toda la Diócesis en la prevención de dicho delito, según las normas e indicaciones de la Santa Sede y de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
-Atender a las denuncias que se presenten, conformando fielmente un informe que debe entregar al Obispo. Por ello le corresponde escuchar y acoger adecuadamente a quien denuncia bajo la garantía de protocolos bien definidos.
- Ofrecer a los menores y adultos vulnerables y a su familia apoyo espiritual, psicológico y legal bajo criterios de verdad, justicia y caridad.
-Brindar un trato justo y apoyo integral a las personas acusadas.
Los castigos
Se establece que sea castigado con la privación del oficio sacerdotal y con otras justas penas, sin excluir, si el caso lo requiriese, la expulsión del estado clerical, el clérigo que:
-Comete un delito contra el sexto mandamiento del Decálogo con un menor o con persona que habitualmente tiene un uso imperfecto de la razón o a la que el derecho reconoce igual tutela;
-Recluta o induce a un menor, o a una persona que habitualmente tiene un uso imperfecto de la razón, o a la que el derecho reconoce igual tutela, para que se exponga pornográficamente o para participar a exhibiciones pornográficas, tanto verdaderas como simuladas.
-Inmoralmente adquiere, conserva, exhibe o divulga, en cualquier forma y con cualquier instrumento, imágenes pornográficas de menores o de personas que habitualmente tienen un uso imperfecto de la razón.
A personas de un instituto de vida consagrada o de una sociedad de vida apostólica, y cualquier fiel que goce de una dignidad o ejercite un oficio o una función en la Iglesia, si comete uno de los delitos mencionado o lo hace con violencia, amenazas o abuso de autoridad u obliga a alguien a realizar o sufrir actos sexuales, será castigada con prohibiciones y privaciones, y con el añadido de otras penas en proporción a la gravedad del delito.