Bernardo Monroy/Guanajuato, Gto.- En entrevista para Kuali Noticias, el escritor Enrique Serna reconoció estar muy agradecido con la Universidad de Guanajuato, además de hablar de otros temas, como lo que significa para él el autor que lleva el nombre del premio, su proceso de creación y las políticas culturales de la 4T.
Lo anterior, debido a que La Universidad de Guanajuato ha concedido al escritor Enrique Serna el VIII Premio Jorge Ibargüengoitia de Literatura, dedicado a la novela histórica.
Serna reconoció, orgulloso:
“Estoy muy agradecido con la Universidad de Guanajuato y con los miembros del jurado por esta distinción, que no me esperaba. Una de las razones por las que me siento muy honrado, es que el premio lleva el nombre de uno de los escritores mexicanos que más admiro, que es Jorge Ibargüengoitia. Siempre me ha deslumbrado su talento para exhibir la ridiculez humana”.
Debido a que el reconocimiento para Serna fue por sus novelas históricas, que son a las que ha dedicado muchos años de trabajo. “Esto para mí es un estímulo para no cesar en mi empeño de reinventar nuestro pasado”.
Sin duda, Enrique Serna es uno de los escritores más importantes de todo México en la actualidad. Entre sus novelas destacan narraciones policiacas que son críticas ácidas al mundillo cultural, como “El miedo a los animales”, pasando por la la vida de Antonio López de Santa Ana en “El seductor de la patria” hasta “El vendedor de silencio”, que es la biografía de Carlos de Negri, uno de los periodistas más polémicos y de nula ética en México. Con respecto a sus obsesiones y ejes temáticos, como los tiene todo escritor, Serna contesta:
“A mí me ha gustado incursionar en varios géneros. He escrito cuentos crueles, he escrito una novela negra, “El miedo a los animales”, que al mismo tiempo es una sátira del mundo intelectual, he escrito novelas intimistas como “La vida de Jesús”. He escrito también ensayo. He intentado ser un escritor versátil, seguramente hay un común denominador, pues el estilo siempre es el mismo”.
Serna señala que actualmente el género histórico (ya sea en novela, en series o en películas) está muy vivo, y de hecho, siempre lo ha estado, ya que “la novela histórica ilumina las zonas del pasado que los historiadores dejan a oscuras. No porque sean malos, sino porque deben de aspirar a una verdad objetiva que probablemente para ellos sea inalcanzable. Los novelistas podemos tomarnos todas las licencias para entrar en la mente de nuestros personajes”.
PERFILACIÓN DE PERSONAJES Y LA 4T
Crear personajes de la nada es una cosa, pero darles un perfil de personalidad basándose en personalidades históricas, y por tanto reales, es otra. Respecto a cómo profundizó en la psique de personajes tan complejos como López de Santa Ana y De Negri, quienes para muchos mexicanos fueron despreciables, el escritor galardonado por la Universidad de Guanajuato, detalla:
“La novela histórica es el único género que puede resucitar a los muertos, y el trabajo del escritor se parece mucho al de los médiums en las sesiones espiritstas, ya que hay que alcanzar un alto grado de compenetración aunque sean detestables, como es el caso de Santa Ana y De Negri, pero al mismo tiempo mantener una distancia. Hay que buscar empatía para que estén vivos con el lector, y sea él quien los vea de acuerdo con su criterio”.
Finalmente, respecto a la perspectiva actual de la literatura mexicana, Serna fue lapidario:
“La literatura mexicana está en un momento de gran efervescencia, a pesar de que la política cultural de la 4T sea nefasta. Las nuevas generaciones están produciendo gran literatura, como es el caso de la literatura femenina, con escritoras como Fernanda Melchor. Estos escritores son quienes van a mantener la estafeta viva”.
En relación a la pregunta de la visión que la Cuarta Transformación tiene de la cultura, Serna no se tienta el corazón en señalar que para empezar, “ha habido recortes bárbaros y se tienen presupuestos muy pequeños” lo que no permite montar buenas exposiciones e interesantes, entre otros temas.
“Lo que les importa es mantener a sus clientelas, seguir pagando los programas sociales”, señala el escritor.