Bernardo Monroy/Fotos: Bernardo Monroy/San Francisco del Rincón, Gto.-San Francisco del Rincón está repleto de lugares inusitados. Además de las tiendas de sombreros, las cenadurías de pambazos y el Jardín Principal, también está el mundo subterráneo: los túneles debajo del Anillo del Hierro, edificio donde actualmente se encuentra el Archivo Histórico, es uno de esos lugares.
En muchos municipios del estado de Guanajuato se cuenta la leyenda de que hay túneles y pasadizos subterráneos, que tuvieron particular importancia durante la Guerra Cristera, pues era como los “defensores de la fe” evadían a las autoridades y se desplazaban de un punto a otro, aunque esto es una hipótesis, es un hecho que sí hay túneles.
Sobre estos temas, el cronista de la ciudad, Jesús Verdín, ofrece su punto de vista al respecto:
“Efectivamente, sí fue una cava de vinos esta parte, pero sí se prolongan. Sí hay algunos túneles, y es muy cierto mucho de lo que se dice acerca de ellos, pero yo no creo el mito de que fueron usados por los cristeros, porque realmente fue una revolución que surgió muy de improviso, entonces estos túneles son de hace muchísimo tiempo”.
El cronista aclara que efectivamente, sí hay una red de túneles por la calle Obregón, y en la Parroquia, pero es muy difícil saber quién los fabricó. Lo cierto es que hoy en día, los del Anillo de Hierro son parte de la historia y el turismo de la ciudad.

CAVA, TÚNEL Y ATRACCIÓN
El Anillo de Hierro es una de las construcciones más representativas e importantes de la ciudad. Actualmente es el registro de la historia de San Francisco, pero originalmente, perteneció al señor Esaú González Luna (apodado como “Don Chon”), un importante empresario que promovió la industria de pantalones de mezclilla. De hecho, los francorrinconeses de mayor edad, le siguen llamando al inmueble “la fábrica de pantalones”. La fábrica trabajó hasta 1942 aproximadamente, momento en que hubo efervescencia obrera.
En el libro “San Francisco del Rincón, una historia” escrito por J.Jesús Zamora, explica: “El elegante y sólido edificio de “El Anillo de Hierro”, de corte extranjerizante, tuvo usos variadísimos: lo mismo sirvió de fábrica de ropa, de escenario de los bailes de postín, de escuela, que de fábrica de sombreros y de pinturas”.
Era de esperarse que un edificio tan antiguo, tuviera túneles, que en su momento llegaron a fungir como cava.