OIT: URGE MEJORAR EL INGRESO DE LOS JÓVENES AL MERCADO LABORAL

ENCUENTRO CON GOROSITO…

La Organización Internacional del Trabajo (OIT), acaba de presentar el informe  titulado: “Panorama Laboral 2024 de América Latina y el Caribe”, en el que afirma que las desigualdades de género y entre las zonas urbanas y rurales, al igual que las dificultades que enfrentan los jóvenes para acceder a un trabajo formal, persisten como barreras cruciales para un mercado de trabajo más equitativo en América Latina y el Caribe.

El documento afirma que cinco años después de superada la pandemia COVID- 19, la región ha logrado una relativa estabilidad en los principales indicadores laborales.

La directora regional de la OIT, Ana Virginia Moreira Gomes, dijo en la presentación del informe que América Latina y el Caribe “ha recuperado los niveles de empleo previos a la pandemia, pero el panorama sigue siendo preocupante: estamos en el mismo punto que hace 10 años”. 

“El crecimiento económico se desacelera y persisten las deficiencias estructurales en la generación de empleo”, afirmó Moreira Gomes. La tasa de ocupación en la región (la proporción de personas que están ocupadas en relación con las personas en edad de trabajar) aumentó 0,5 puntos y alcanzó 58,9%, mientras que la tasa de desempleo (el porcentaje de la población que está desempleada y se encuentra activamente buscando trabajo) bajó de 6,5 a 6,1% en la región.

Pese a estas mejoras a corto plazo, los niveles de participación en la fuerza de trabajo y de ocupación siguen siendo inferiores a los registrados en el año 2012, lo que refleja una insuficiente creación de empleo en los últimos años.

La informalidad laboral sigue siendo una característica predominante del mercado de trabajo en la región, con una tasa de 47,6% en 2024, apenas ligeramente menor que en 2023 que fue de 48%. Salvo en Argentina, Brasil y México, en el resto de los países las ocupaciones de tipo informal han dado cuenta de entre 48% y 70% del aumento neto del trabajo en el último año, lo cual denota una falta de progreso hacia la formalización laboral.

Lo anterior representa un reto para la calidad del empleo y la inclusión social, ya que implica que casi la mitad de los trabajadores de la región tienen contratos precarios, ingresos inestables, falta de seguridad social y mayor vulnerabilidad económica, lo que recae de manera desproporcionada sobre mujeres y más que nada los jóvenes.

En 2024, la tasa de participación femenina se mantuvo en 52,1%, muy por debajo de la de los hombres (74,3%) lo que implica que menos mujeres trabajan o buscan trabajo, esta brecha laboral entre géneros continúa siendo una preocupación central. Además las mujeres ganan un 20% menos que los hombres, y siguen estando expuestas a mayores tasas de desocupación y empleos de menor calidad.

Gerson Martínez quien es experto de la oficina regional de la OIT en economía laboral, dijo que “las disparidades de género en el empleo siguen siendo un obstáculo fundamental para alcanzar una verdadera igualdad laboral en la región”.

“A pesar de algunos avances, la brecha salarial de género y la segregación ocupacional basada en género continúan limitando las oportunidades para las mujeres”, afirmó Martínez. Mientras que el empleo juvenil sigue siendo uno de los mayores retos. A pesar de una leve disminución en la tasa de desocupación juvenil, de 14,5% en 2023 a 13,8% en 2024, todavía casi triplica a la de adultos.

Además, las oportunidades para las personas jóvenes entre los 15 y 24 años continúan limitadas sobre todo en un contexto de alta informalidad e insuficiente creación de empleos. La falta de un trabajo estable y remunerado sigue siendo una de las mayores preocupaciones para el futuro de la región.

Martínez destacó la necesidad de que los países desarrollen “políticas que integren de manera efectiva a las personas jóvenes, al mercado de trabajo formal”, añadió el experto en economía laboral de la OIT. Poner énfasis en crear “más oportunidades de empleo formal que brinden estabilidad y fomenten un desarrollo profesional sostenido”.

Eso implica “promover la educación técnica y profesional, así como desarrollar sistemas nacionales de cuidado que faciliten el acceso de las mujeres, especialmente de las mujeres jóvenes, al mercado laboral”, añadió el experto.

También, las brechas en la tasa de participación económica entre las áreas urbanas y rurales continúan siendo significativas, con una diferencia de 3,2% en favor de las zonas urbanas, y el informe destaca además la disparidad en los mercados de trabajo entre unas y otras de esas zonas.

En el 2024, la tasa de ocupación en las áreas urbanas se situó en 59,1% superando los niveles pre-pandemia de 2019 (58%). En las rurales la recuperación sigue siendo insuficiente con una tasa de 52,3% en 2024, en comparación con 53,1% en el año 2019.

Concluyó  la directora regional de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Ana Virginia Moreira Gomes que “para avanzar hacia la justicia social en América Latina y el Caribe es fundamental promover políticas basadas en el diálogo social, que consoliden los progresos alcanzados e impulsen un crecimiento más robusto del empleo, poniendo principal énfasis en la formación laboral”. 

Tengamos presente que el talón de Aquiles de la región de América Latina y el Caribe, en materia laboral es no poder proporcionar fuentes suficientes de trabajo dignas en el sector formal a los jóvenes.

            ¡Hasta el próximo encuentro…!

                                                             Dr.(c):Washington Daniel Gorosito Pérez

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