ENCUENTRO CON GOROSITO…
El “Big Data” no me cuadra en Venezuela, pasar de un resultado 60/30 (oposición- oficialismo) a otro 51/44 (oficialismo- oposición), no es precisamente un fraude quirúrgico, de esos que integran votos fantasmas o de muertos, es toda una inversión de la realidad real no la virtual.
Si en la novela distópica 1984 de George Orwell, el “Gran Hermano”, hubiese tenido que organizar y sacar adelante una elección presidencial, no tenga usted ni la más mínima duda que no lo habría hecho de manera, muy diferente al modo empleado por el sucesor de Hugo Chávez, el dictador Nicolás Maduro en el acto eleccionario celebrado hace unos días en la República Bolivariana de Venezuela.
Recordemos que el sistema totalitario en la obra 1984, el Partido, todopoderoso y que lo sabe y ve todo, reescribía a su antojo no sólo los datos sobre lo que sucedía, incluyendo los datos económicos y militares, sino que también hacía una “reingeniería” de la historia de manera constante, de acuerdo a lo que estratégica y tácticamente le convenía; recordemos también la autopsia que Hugo Chávez mando hacer al Libertador Simón Bolívar y la reconstrucción de su rostro.
Tengamos presente que el paradigma del partido orwelliano era un súbdito del Estado que no fuera capaz de distinguir la realidad de la ficción, o mejor dicho, que éste fuera incapaz de tener el concepto mismo de la realidad real, no virtual, para lo que se llegaba a reformar el lenguaje condicionando los procesos mentales. ¿Cuántas veces hemos escuchado en el pobre lenguaje de Maduro esta semana la palabra, fascista? ¿Quién será el verdadero fascista de esta historia?
Indudablemente la proclamación de los resultados oficiales de los comicios en Venezuela, se parecen mucho a estos ataques epistemológicos a la verdad, mostrando a la dictadura del hombre que recibe órdenes del “pajarito Chávez”, como un aparato cultural y ficcional que crea dimensiones paralelas a la realidad.
En estas elecciones en Venezuela, para construir ese paralelismo, se recurrió a ocultar la gran mayoría de las actas electorales, tratando de impedir la ratificación de los sondeos en boca de urna que daban como ganador al candidato de la oposición al Chavismo, Edmundo González Urrutia, con 30 puntos de ventaja sobre el candidato oficialista Nicolás Maduro. Al mismo tiempo el condescendiente Consejo Nacional Electoral (CNE), daba por victorioso al Dictador, 7 puntos por arriba de su contrincante.
Todo esto ha llevado a que las protestas en Venezuela, que lamentablemente ya ha cobrado 12 muertos, decenas de heridos y más del 1000 personas detenidas, al igual que los reclamos de los más de 8 millones de venezolanos en el exilio, buscando se muestren las actas y se respete el verdadero resultado de la elección, o como otra opción se ponga fecha para nuevos comicios, no ha dado frutos dulces, ante la amarga posición del régimen.
Incluso algunos de sus aliados en la región como el presidente de Colombia, Gustavo Petro y el de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, exigen que sean publicadas las actas.
El Centro Carter, que participó en las elecciones como observador, manifestó que el proceso “no se adecuó” a los parámetros y estándares internacionales de integridad electoral, por lo que comunicó que la elección “no puede ser considerada como democrática”.
Mientras que el Casa Blanca, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby dijo a los medios de comunicación “Nuestra paciencia y la de la comunidad internacional se está agotando. Se está agotando la espera de que las autoridades electorales venezolanas sean sinceras y publiquen los datos completos y detallados de esta elección para que todos puedan ver los resultados”.
El presidente Gabriel Boric de Chile, calificó a Maduro como el dictador del régimen chavista. El mandatario y los integrantes de su gobierno, ya lo asumen y reconocen públicamente después de los falsos resultados de las elecciones presidenciales del 28 de julio que dieron como ganador a Maduro.
El Gobierno de Nicolás Maduro ha sido “duro” con quienes han cuestionado los resultados oficiales y anunció a través de un comunicado que expulsaría al personal diplomático de Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay.
La Internacional Socialista que agrupa a 132 partidos de izquierda y centroizquierda, liderada por el presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez en un comunicado condenó “enérgicamente” la expulsión de Venezuela de los embajadores de los países anteriormente enumerados.
También piden “transparencia en el proceso de recuento” de votos y una “verificación exhaustiva de los resultados electorales para asegurar que reflejan fielmente la voluntad del pueblo venezolano”, ya no es un tema de izquierdas contra derechas.
Pero volvamos a 1984 de George Orwell, en ella el Ministerio de la Verdad dice mentiras, el Ministerio de la Paz hace la guerra y el Ministerio del amor practica la tortura. La situación parece perversa y surrealista. Pero no es irreal.
En 1984, el poder tiene la capacidad de inventar una realidad conveniente. La verdad es promulgada por el partido: (Partido Socialista Unido de Venezuela- Partido de Hugo Chávez “2 + 2 = 5”, (Consejo Nacional Electoral) esa es la verdad.
George Orwell (Eric Arthur Blair) profetizó sobre el rol de los intelectuales guardianes de la democracia y la libertad. “El problema, escribió Orwell, es la aceptación del totalitarismo por los intelectuales de todos los colores. La moraleja de esta pesadilla peligrosa es simple: no permitan que ocurra, depende de ustedes”.
¡Hasta el próximo encuentro…!
Dr.(c).Washington Daniel Gorosito Pérez