ENCUENTRO CON GOROSITO
Por primera vez un pontífice católico ha participado en la cumbre del Grupo de los 7 (G-7), que se realizó en Borgo Egnazia (Apulia) en el sur de Italia. Francisco se integró a la mesa de debate sobre el tema de la Inteligencia Artificial (IA). En ella el Papa Francisco se refirió a la IA, como un “instrumento poderoso”, pero hizo la advertencia ante su uso de que medie la “sana política” y se apliquen criterios éticos puestos al servicio de la humanidad.
Al referirse a la IA, Francisco dijo que no estamos hablando sólo de progreso científico sino que nos enfrentamos a una “revolución cognitiva industrial que contribuirá a la creación de un nuevo sistema social caracterizado por complejas transformaciones de época”.
El Papa advirtió que frente a esta realidad es fundamental integrar a la ética como valor que encuadre esos avances desde lo humano. “Solamente si se garantiza su vocación al servicio de lo humano, los instrumentos tecnológicos revelarán no sólo la grandeza y la dignidad única del ser humano, sino también el mandato que este último ha recibido de “cuidar y cultivar” el planeta y todos su habitantes”.
Afirmó el Papa ante líderes de potencias mundiales, que “hablar de tecnología es hablar de lo que significa ser humanos y, por tanto, de nuestra condición única entre libertad y responsabilidad, es decir, significa hablar de ética”.
Tan importante es la IA como desarrollo tecnológico, dijo Francisco, que es lícito suponer que su uso influirá cada vez más en nuestro modo de vivir, en nuestras relaciones sociales y en el futuro, incluso en la manera en que concebimos nuestra identidad como seres humanos”.
De ahí que Francisco se refirió a la necesidad de que actúe “La sana política”. Porque “el paradigma tecnológico encarnado por la IA corre el riesgo de dar paso a un paradigma mucho más peligroso, que ya he identificado con el nombre de paradigma tecnocrático”.
Continuó Francisco: “no podemos permitir que una herramienta tan poderosa e indispensable como la inteligencia artificial refuerce tal paradigma, sino que más bien debemos hacer de la Inteligencia Artificial un baluarte precisamente contra su expansión”.
Es allí, donde “urge la acción política”, afirmo el Papa, reflexionando que “para muchos la política es hoy una mala palabra”, y no se puede ignorar que detrás de este hecho están a menudo los errores, la corrupción, la ineficiencia de algunos políticos”.
Consideró además Francisco que “a esto se añaden las estrategias que buscan debilitarla, reemplazarla por la economía o dominarla con alguna ideología”. Pero se interrogó Francisco y preguntó a los dirigentes mundiales presentes, si el mundo ¿puede funcionar sin política? ¿Puede haber un camino eficaz hacia la fraternidad universal y la paz social sin una buena política? La respuesta al interrogante fue terminante: “¡No! ¡La política sirve!”.
Y reiteró, una vez más, que “ante tantas formas mezquinas e inmediatistas de política, la grandeza política se muestra cuando, en momentos difíciles, se obra por grandes principios y pensando en el bien común a largo plazo” pese que “al poder político le cuesta mucho asumir este deber en un proyecto de nación y más aún en un proyecto común para la humanidad presente y futura”.
Francisco recordó “el buen uso, al menos de las formas avanzadas de Inteligencia Artificial, no estará plenamente bajo el control ni de los usuarios ni de los programadores que definieron sus objetivos iniciales en el momento de elaborarlos”, que “la máquina puede, en algunas formas, y con estos nuevos medios, elegir por medio de algoritmos” y que “lo que hace la máquina es una elección técnica entre varias posibilidades y se basa en criterios bien definidos o en inferencias estadísticas”. En cambio, el ser humano “no solo elige, sino que en su corazón es capaz de decidir”.
Continuó diciendo el Papa, “frente a los prodigios de las máquinas, que parecen saber elegir de manera independiente, debemos tener bien claro que al ser humano le corresponde siempre la decisión, incluso con los tonos dramáticos y urgentes con que a veces ésta se presenta en nuestra vida”.
Porque, agregó Francisco, “condenaríamos a la humanidad a un futuro sin esperanza si quitáramos a las personas la capacidad de decidir por sí mismas y por sus vidas, condenándolas a depender de las elecciones de las máquinas”.
Según Francisco “necesitamos garantizar y proteger un espacio de control significativo del ser humano sobre el proceso de elección utilizado por los programas de Inteligencia Artificial”. Porque está en juego la misma dignidad humana” sentenció el Papa Francisco Bergoglio en su alocución en el Grupo de los 7 (G-7).
Además el Papa que “vino del sur” y que sigue rompiendo moldes no sólo religiosos, sino también políticos y culturales, posterior a su discurso ante el G-7, mantuvo reuniones bilaterales con la anfitriona Giorgia Meloni, presidenta del Consejo de Ministros de la República Italiana, con Kristalina Georgieva, directora general del Fondo Monetario Internacional, con Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y con el primer ministro canadiense Justin Trudeau.
También se reunión con el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan; con el de Argelia, Abdelmadjid Tebboune; con el de Kenia William Samoei Ruto; con Narendra Modi, primer ministro de la India; con Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil y con Joe Biden presidente de Estados Unidos de América.
Indudablemente que la distinción que recibió el Papa Francisco al ser invitado a participar en la Cumbre del G-7, no es más que la ratificación de lo trascendente que es su figura más allá del mundo religioso en el escenario global.
Sin abandonar el tono religioso en sus opiniones y puntos de vista, Francisco está profundamente involucrado en la agenda y los problemas que preocupan a las personas y a la humanidad en su totalidad.
¡Hasta el próximo encuentro…!
Dr.(c).Washington Daniel Gorosito Pérez|