ENCUENTRO CON GOROSITO…
La Organización No Gubernamental, con sede en Londres, Amnistía Internacional, publicó su informe que elabora anualmente sobre la pena de muerte en el mundo, atestigua que el número de personas ejecutadas en el 2023 ha alcanzado el nivel más alto de la última década, con 1153 ejecutados contra 883 registradas en el 2022. El 74% de las ejecuciones se llevaron a cabo en la República Islámica de Irán.
En 16 países se realizaron las 1153 ejecuciones, cuando eran 20 en el 2022, ninguno de ellos europeo, un americano y un africano. El año pasado la República Islámica de Irán ejecutó a 853 personas, lo que significa un aumento del 48% respecto al año 2022.
De ahí que Agnés Callmard , secretaria general de Amnistía Internacional expresara en un comunicado: “Las autoridades iraníes han dado muestra del desprecio absoluto que sienten por la vida humana”.
Si bien el régimen iraní liderado por los ayatolás invoca diferentes motivos para justificar la enorme cantidad de condenas a muerte que se realizan cada año, la gran mayoría (el 56%), están motivadas por infracciones sobre la legislación de estupefacientes:
“De las 853 ejecuciones constatadas en Irán, al menos 545 corresponden a infracciones que, según el derecho internacional, no deberían castigarse con la última pena”, subraya el documento de Amnistía Internacional. Sostiene que 38 ejecuciones estuvieron motivadas por “enemistad con Dios” o “corrupción en la tierra”, y al menos veintidós por adulterio.
Las cifras de la República Islámica de Irán indican que las ejecuciones afectaron a más hombres que mujeres (821 hombres y 24 mujeres además de ocho personas cuyo género se desconoce y un menos de diecisiete años), y que cinco de las víctimas eran menores en el momento de cometer la infracción.
Para Amnistía Internacional el aumento de las condenas a muerte en la República Islámica de Irán, pone de manifiesto entre otras cosas que el gobierno iraní quiere atemorizar al segmento de su población que extiende las llamadas a la movilización con el eslogan: “Mujer, Vida, Libertad”.
Movimiento provocado por el asesinato en una comisaría de Teherán, de la joven kurda Mahsa Amini en septiembre del 2022, detenida por la policía de la moral por llevar mal puesto el velo obligatorio. En el balance total de ejecutados figuran al menos seis personas condenadas por participar en esas manifestaciones en contra del régimen que gobierna la República Islámica de Irán.
Aparte de las terribles cifras de Irán, el número de ejecuciones aumentó en los Estados Unidos de América, Somalia y Yemen; Amnistía Internacional no ha podido conseguir cifras exactas de las penas de muerte aplicadas en China “que sigue ostentando el liderazgo mundial”, Corea del Norte y Vietnam, debido “al secreto de Estado y otras prácticas restrictivas”.
Con referencia a la modalidad que ha sido escogida por los Estados para realizar las ejecuciones, Arabia Saudí práctica la decapitación; Bangladesh, Egipto, Singapur e Irán, prefieren ahorcar a sus condenados, mientras que Afganistán, Corea del Norte y Somalia optan por el fusilamiento, mientras que en China, lo mismo que en Estados Unidos de América, se emplea la inyección letal. La República Islámica de Irán (siete) y Afganistán (1), mantienen la tradición de efectuar ejecuciones públicas.
El documento de Amnistía Internacional también informa de la confirmación a nivel global de una tendencia abolicionista; al día de hoy “112 países han abolido la pena de muerte, y 144 la han desterrado, en derecho y en la práctica.
¡Hasta el próximo encuentro…!
Dr.(c).Washington Daniel Gorosito Pérez