Texto y fotos: Juan José López Luna/Irapuato,Gto.-Con poco más de media entrada y ambiente agradable, se dio la final novilleril en la plaza La Luz de León , estando colgados en el cartel los chavales triunfadores Daniel prieto de Aguascalientes, Clemente Jaume de Francia y Axel López de Guadalajara, quienes lidiaron un encierro de Real de Saltillo, que fue parejo en trapío y lidia irregular 5 de los novillos, siendo premiado 1 con arrastre lento. De los toreros triunfó Axel y se salvó de serios percances milagrosamente, Prieto y Jaume pegaron pases sin asentamiento en los pies. La gente muy festiva.
EL CHAVAL TAPATÍO SÍ QUIERE SER TORERO
Axel López vino con la clara idea que para ser torero importante, se debe tener un valor a toda prueba y cualidades para andarle a los toros en el ruedo, y desde un quite al novillo del francés Jaume dijo; aquí estoy. Con su primero alborotó a la gente por su toreo cascabelero y valor sereno, no fue una faena consagratoria, pero sí suficiente para cortarle una oreja al burel, habiendo dejado tandas de buena factura, sobre todo por la derecha, siéndole coreadas con fuerza. Pero cuando salió su segundo y al torear de capa le pegó 2 feas volteretas y rayones en las piernas, generándose un herradero, se repuso de las palizas y maltrecho y el terno hecho girones se plantó delante del novillo y le hizo una faena llena de emoción y coraje, habiendo pases de buena factura y tras despacharlo, casi toda la plaza pidió la oreja, pero inexplicablemente el juez no se la concedió, habiendo dado antes la otra benévolamente. Al final la gente obligó al valiente novillero a dar la vuelta(entre lágrimas) para aclamarlo y hacerlo el triunfador.
SIN QUIETUD DE PIES NO SE PUEDE SER TORERO
Los novilleros Daniel Prieto y Clemente Jaume, salieron al ruedo leonés con el valor medido y las ideas poco claras de lo que debe reunir un chaval que sueña con ser figura del toreo, agregadas sus carencias técnicas y la falta de quietud en las zapatillas a la hora de tener cerca los pitones. El hidrocálido cortó una oreja sin mérito pues sus faenas fueron sin temple, sin sentimiento y sin pasarse al toro por la faja, para colmo en su primer novillo le sonaron los 3 avisos. Lo mismo o peor fue la labor del francés, pues su segundo enemigo fue el mejor novillo y lo desperdició con trapazos en vez de quedarse quieto y correrle la mano, sin pena ni gloria salió al tercio, después que al torito lo premiaron con arrastre lento.