ENCUENTRO CON GOROSITO…
En Santiago de Chile, se llevará a cabo en el mes de octubre la denominada Cumbre de Autoridades de América Latina y el Caribe para la Ética de la Inteligencia Artificial. Los ejes centrales de dicha cita serán la protección a los derechos humanos y el desarrollo de tecnologías inclusivas.
Se reunirán los Ministros de Ciencia y Tecnología de la región por primera vez, con el objetivo de tratar un tema que actualmente es la innovación más revolucionaria del conocimiento y se presenta con enorme bipolaridad, genera por una parte entusiasmo su aplicación y por otra, temor.
La realidad hoy marca que es mayor el temor, por el impacto que esta tendría en la convivencia social, que perfila riesgos “de extinción similares a los de las pandemias o de una guerra nuclear”. La cita textual anterior es parte de un documento que fuera dado a conocer el 30 de mayo en la Unión Americana, apoyado por 350 científicos y ejecutivos de primer nivel, vinculados a empresas cuya labor está vinculada directamente a la Inteligencia Artificial.
Uno de los firmantes del documento más importante, es Geoffrey Hinton, científico de origen británico y ex informático de Google, reconocido no únicamente por ser uno de los gestores de la Inteligencia Artificial, sino como el desarrollador de la tecnología de los chatbots que dio nacimiento al ultra mega revolucionario ChatGPT, cuyo lanzamiento en noviembre del año pasado masificó este adelanto tecnológico. Tengamos presente que en mayo de este 2023 ya se lanzó el GPT-4.
Esto último da la razón a las personalidades científicas que piden una moratoria en los desarrollos de la Inteligencia Artificial, porque el torrente de aplicaciones y perfeccionamiento tiende a tomar un ritmo incontenible, con el peligro de que no existan “códigos de conducta” para controlarlo o mitigarlo.
La base de la Inteligencia Artificial está en la combinación de algoritmos capaces de reproducir el proceso de la inteligencia humana. Los chabots son sistemas de Inteligencia Artificial generativa, que aumentan su capacidad de entender el lenguaje humano y que además pueden establecer relaciones personalizadas con el usuario.
Mientras que el denominado, Transformador Preentrenado Generativo, llevado a la tecnología de chateo, viene a ser así la forma más expedita de masificación de la Inteligencia Artificial, a partir de las apps o aplicaciones que abren un abanico de opciones muy amplio para sus usuarios.
Estas aplicaciones generativas de la Inteligencia Artificial, permiten desde jugar una partida de ajedrez con la computadora, o pedirle que cree un poema o que mejore la edición de una antigua fotografía, o que produzca un retrato de alguien brindándole la información básica de la persona.
Actividades las anteriores, que en cierta medida se pueden considerar lúdicas, pero también están las de búsqueda de pareja, amistades en áreas de interés común, o la orientación para asistencia psicológica, para lo cual el chabot va compenetrándose de las características del usuario, hasta almacenar un conocimiento profundo de sus gustos, simpatías, hábitos, fortalezas y también debilidades.
Sobre lo anterior, lo referente a la asistencia psicológica, ya se han registrado casos de apps que al actuar sobre personas con debilidades psicológicas pueden inducirlos al suicidio. De ahí que la alerta de Geoffrey Hinton y sus 350 colegas en el documento presentado en mayo, apunta a riesgos evidentes asociados a la masificación de los sistemas con Inteligencia Artificial, que pueden llegar a niveles comparables a pandemias o a una guerra nuclear.
Esperemos los planteos que se presenten en la reunión de Ministros de Ciencias de América Latina y el Caribe, a que conclusiones arribarán y las medidas conjuntas a tomar por los países de la región,, ante este fenómeno tecnológico de gran trascendencia para la humanidad.
¡Hasta el próximo encuentro…!
Dr.(c).Washington Daniel Gorosito Pérez