ENCUENTRO CON GOROSITO…
Según un análisis de 32 estudios que incluyeron a 63.181 personas de 16 países, entre ellos México, se detectó que más del 22% de los niños y adolescentes entre 7 a 18 años presentaban signos de trastornos alimentarios. A su vez, investigadores de Ecuador y España detectaron que las niñas son más propensas que los niños a presentar estos síntomas.
Los doctores Héctor Gutiérrez Espinoza, de la Universidad de las Américas en Quito- Ecuador, y José Francisco López Gil, de la Universidad de Castilla- La Mancha- España; son los autores de la investigación: “Los signos no tenidos en cuenta de un desorden alimentario pueden transformarse en un trastorno alimentario, que se encuentra entre las afecciones siquiátricas más mortales de todas”.
Ambos afirmaron que la “bulimia y la anorexia son los trastornos alimentarios más comunes”, y que en el 2019 los datos estadísticos mostraban que 14 millones de personas sufrieron trastornos alimentarios, estas cifras incluían a 3 millones de niños y adolescentes.
La investigación que se publicó esta semana en la revista especializada JAMA Pediatrics, analiza también las tendencias de alimentación desordenada que ya se habían detectado en estudios anteriores, se le suman los recientes hallazgos que dan a conocer un empeoramiento generalizado de la salud mental entre los jóvenes durante la pandemia provocado según los expertos “por un mayor aislamiento y compromiso con las redes sociales”.
El estudio dice: “La etiología de los trastornos alimentarios es muy compleja y, al igual que otros trastornos psiquiátricos como la depresión y la ansiedad, surge de la intersección de muchos factores de riesgo. Aunque la prevalencia varía según las poblaciones de estudio y las definiciones utilizadas, se reconoce que los trastornos alimentarios son comunes en adolescentes y aún más comunes en adultos jóvenes”, describen los investigadores en el artículo.
Para dicha investigación, integraron estudios relacionados con los trastornos alimentarios que evaluaron a las personas mediante el cuestionario de cinco elementos Sick Control, One, Fat, Food (SCOFF) fue el estándar para diagnosticar trastornos alimentarios desde el año 1999. Un recuento final de al menos dos respuestas afirmativas mostraba que era muy probable que la persona consultada presentara un trastorno alimentario.
Los investigadores afirmaron que este es el primer metanálisis de este tipo para determinar la proporción de trastornos alimentarios entre niños y adolescentes. Y postularon que esto debía deberse en parte a la falta de informes entre los niños. Detectaron que las personas que muestran estos trastornos durante su juventud, son mucho más propensas a desarrollar un trastorno alimentario diagnosticable más adelante en la vida. Descubrieron que el 30% de las niñas y el 17% de los niños sufrían algún tipo de trastorno alimentario. Los investigadores no lograron comprender la diferencia en la prevalencia entre sexos, aunque los médicos y los sociólogos le atribuyen, al menos en parte, a la insatisfacción corporal impulsada por enormes presiones sociales para cumplir con una definición cierta y relativamente estrecha de la belleza.
Por otro lado observaron que la alimentación desordenada en la niñez/adolescencia puede predecir los resultados asociados con los trastornos alimentarios en la edad adulta temprana. “Por esta razón, esta alta proporción encontrada es preocupante y exige una acción urgente para tratar de hacer frente a esta situación”.
Los investigadores también hallaron que los jóvenes con un índice de masa corporal (IMC) inicial alto tenían una mayor proporción de trastornos alimentarios. En ese sentido explicaron: “Los jóvenes que tienen exceso de peso pueden seguir conductas alimentarias desordenadas mientras intentan perder peso corporal. Por lo que se ha descrito que los jóvenes con exceso de peso son la población que parece experimentar síntomas de trastorno alimentario con mayor frecuencia (por ejemplo, las dietas para perder peso sin supervisión pueden conducir al riesgo de trastornos alimentarios)”.
Se debe tener presente que los trastornos alimentarios son trastornos psiquiátricos, caracterizados por conductas anormales de alimentación o control de peso, que pueden conducir a problemas de salud graves. Estos trastornos incluyen la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa, el trastorno por atracón y el trastorno alimentario, no especificado de otra manera.
Los mismos se definen según signos y síntomas individuales y con grados de gravedad detallados en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5, quinta edición), así como en la Clasificación Internacional de Enfermedades de la organización Mundial de la Salud (OMS).
De igual forma, se reconocen dentro de los trastornos mentales incluidos en el Global Burden of Diseases, Injuries, and Risk Factors Study 2019 y actualmente son un problema de salud pública en la mayoría de los países de ingresos medios y altos debido a que su prevalencias en jóvenes de manera notable en los últimos 50 años.
En la actualidad los trastornos alimentarios se encuentran entre las condiciones de salud mental que más amenazan la vida humana y representaron la pérdida de 17.361,5 años de vida entre1990 y 2019, según analizaron los investigadores.
¡Hasta el próximo encuentro…!
Dr.(c). Washington Daniel Gorosito Pérez