CIMAC/Ciudad de México.- La violencia económica puede pasar desapercibida; sin embargo, ocurre con mayor frecuencia de lo que se cree. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2021, 9.7 millones de mujeres de 15 años y más han experimentado, al menos, una situación de violencia económica a lo largo de la vida.
En el ámbito familiar, señala la ENDIREH, de octubre 2020 a octubre 2021 la violencia económica se colocó en el segundo lugar (20 mil 460), perpetrada principalmente por el padre.
Lo mismo ocurrió con las relaciones de pareja, pues 3.6 millones de mujeres refirieron haber sido víctimas de violencia económica o patrimonial en algún momento de su vida por parte de su pareja actual o última.
La violencia contra las mujeres es multifactorial, debido a las causas estructurales de las que se alimenta.
— Economía México (@SE_mx) November 27, 2020
A diferencia de la violencia física y psicológica, la violencia económica y patrimonial aún suele pasar desapercibida. Por lo que definirla es una forma de reconocerla. pic.twitter.com/xTavSrnaH7
¿Cómo identificar la violencia económica en el hogar o con mi pareja?
La Ley General de Acceso de las Mujeres a una vida Libre de Violencia define la violencia económica como: “toda acción u omisión del agresor que afecta la supervivencia económica de la víctima. Se manifiesta a través de limitaciones encaminadas a controlar el ingreso de sus percepciones económicas, así como la percepción de un salario menor por igual trabajo, dentro de un mismo centro laboral”.
Al leer la definición puede resultar complicado identificar si al interior de tu hogar vives violencia económica, por ello, aquí dejamos algunos ejemplos de situaciones cotidianas que puedes presenciar en tu día a día.
El Instituto de las Mujeres (Inmujeres) explica que, por ejemplo, es posible identificar este tipo de violencia si tienes dependencia económica con tu cónyuge o concubino y él te impide tomar decisiones sobre la economía del hogar.
Si tu pareja te exige dar cuenta acerca de todo lo que gasta, aun cuando recibes propios ingresos y asumes la manutención de tus hijas o hijos: estás siendo víctima de violencia económica.
También son ejemplos de violencia económica frases como: “tú nada más estiras la mano para recibir billetes”, “como a ti no te cuesta ganar el dinero”, “nada más gastas porque te la pasas en casa”. Aquí es importante recordar que las mujeres que se quedan en el hogar realizan labores de cuidados y domésticas no remuneradas que equivalen a 71 mil 524 pesos anuales, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Si tu pareja hace uso de tu dinero sin tu permiso, si asigna una cantidad de dinero al mes o a la semana con la que no estás de acuerdo o no corresponde a las necesidades o si te obliga a firmar documentos legales para obtener un crédito, también son señales de violencia económica.
Autonomía económica para salir de una situación de violencia
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) Mujeres destaca que “las mujeres que gozan de autonomía económica a largo plazo tienden a verse menos expuestas a situaciones de violencia”.
En este punto entra la responsabilidad del Estado, asegura el organismo, pues para promover mayor autonomía económica es necesario abordar las barreras para acceder al mercado laboral y al emprendimiento que tienen las mujeres.
“Esto contribuiría a la creación de empleos, facilitaría la participación de las mujeres en la economía, se generarían retornos fiscales para el Estado, un mayor ingreso para las personas, y contribuiría al bienestar de toda la sociedad”, sentencia ONU Mujeres.
Escrito por: Berenice Chavarría Tenorio