Alicia Arias/Guanajuato, Gto.- Una no muy buena experiencia vivió gran parte de los espectadores que acudió la noche de este viernes a la Alhóndiga de Granaditas para ver a Roosevelt, al tener que estar sorteando los movimientos que un camarógrafo hacía con la grúa y que no permitió el pleno disfrute de la actuación del músico alemán y su banda.
El concierto fue una de las actividades del Festival Internacional Cervantino (FIC) que congregó a miles de asistentes, pero generó la molestia de decenas de personas que durante todo el concierto venían pasar sobre sus cabezas la pluma que portaba la cámara que había tomas aéreas y que se posaba durante varios minutos frente al escenario.
“Es que no podemos apreciar bien, nos tapa a los músicos, nos distrae, no deja que ver el espectáculo visual. Si venimos a un concierto es que porque queremos verlos, no solo escucharlos. Si volteamos a la pantalla, es lo mismo, aparece la pluma y no hay manera”, se quejó Claudia Martínez, quien viajó desde la ciudad de Celaya para ver a uno de sus artistas predilectos.
El molesto manejo de la cámara fue responsabilidad de la televisora del gobierno del estado de Guanajuato, a través de su televisora TV4, quien transmitió en vivo el concierto, informó una persona que colabora en el Festival Internacional Cervantino y que pidió omitir su nombre para “evitarme problemas”.
Además, otros de los asistentes, Javier Rea, señaló que tuvo que moverse de lugar, ya que la pluma casi le tocaba la cabeza debido a que hacía movimientos muy cercanos a la gente. “Eso nos distrae y no podemos estar a gusto. Cómo se les ocurre. Eso pasa cuando no se tiene el profesionalismo necesario”.
La grúa estaba colocada en la parte izquierda del escenario –si se le ve de frente-, justo por la zona de acceso para el público que pagó boleto a un costo de 128 pesos, incluyendo los gastos de envío si lo adquirió por Ticket Master y 115.50 pesos si lo compró en taquilla.
El festival, que este 2022 cumple 50 años de actividad, apenas comienza y los organizadores tienen tiempo de corregir para no entorpecer el encuentro entre los artistas y su público.