MARCHAN 8 MIL MUJERES EN LEÓN

Alicia Arias/León, Gto.- Con las historias personales y colectivas a cuestas, alrededor de 8 mil mujeres marcharon por la principal avenida de esta ciudad, demandando justicia, procesos judiciales dignos, un alto a las violaciones y feminicidios y garantías de seguridad y libertad para la vida de todas las mujeres.

Fue la marcha de un 8 ocho de marzo, Día Internacional de la Mujer, más concurrida en la historia del movimiento feminista en León.

Cerca de las 17:30 partió el contingente del Arco del Calzada. Eran miles las que tomaron por la calle Progreso hasta llegar al Bulevar Adolfo López Mateos, por donde marcharon ocupando la totalidad de los carriles con sentido hacia el Parque Hidalgo, donde retornaronpara regresar, también por López Mateos, tomar la calle Hidalgo y concentrarse en la zona peatonal, donde las esperaba un templete y equipo de sonido proporcionados por el Gobierno Municipal de León.

Este recorrido no es el que se había informado. Originalmente partirían del Arco de la Calzada y marcharían por la calle Madero hasta llegar a la zona peatonal.

Algunos propietarios de negocios ubicados en el corredor Madero optaron por cerrar las puertas por temor a ser agredidos o vandalizados pero, al ver que la marcha no pasó por ahí abrieron nuevamente las puertas. “Es que teníamos temor de que nos agredieran, como ha pasado en otros años”, comentó Mario, quien pidió proteger su identidad y la de su restaurante por temor a represalias.

El grupo de mujeres de la policía vial que fue dispuesto por la alcaldesa, Alejandra Gutiérrez Campos, tuvo que adaptarse al cambio de ruta y moverse hacia el López Mateos para realizar el respectivo cierre de calles, que sorprendió a las y los automovilistas, ya que no hubo un anuncio previo para que tomaran vías alternas.

Eran miles y miles de mujeres alzando la voz por las que ya no están, por las que están y por las que vienen.

Madres con sus hijas e hijos y pocos hombres pudieron marchar. “Es una marcha separatista”, reiteró unas de las organizadoras de la marcha, dejando claro que solo podían participar los hombres que fueron acompañando a sus hijas e hijos menores.

Esta vez, las mujeres tenían códigos para protegerse de agresiones y prevenir riesgos. La palabra amarillo significa prevención y al pronunciarlo debían levantar el puño y detenerse; la palabra rojo significa peligro y al pronunciarlo debían agacharse, lo cual ocurrió en varias ocasiones, incluso estando, ya, en la zona peatonal.

NI UNA ASESINADA MÁS

Al grito de “Ni una más, ni una más, ni una asesinada más”, “Ahora que sí nos ven arriba el feminismo que va a vencer, que va a vencer”, “Señor, señora: no sea indiferentes. Se mata a las mujeres en la cara de la gente” y “Somos malas. Podemos ser peores”, entre otras consignas, la marcha transcurrió en orden, sin el reporte de incidentes que lamentar por parte de las participantes y las autoridades.

El contingente dejó su huella en los paraderos del Sistema Integrado de Transporte (SIT), donde escribieron con spray leyendas como “Justicia”, “8 M”, “Por todas”, “No estás sola” y “Vivas nos queremos”.

Las pintas también alcanzaron a un autobús que se llevó impreso el reclamo de “Justicia” mientras se encontraba detenido ante el semáforo en rojo.

Al pasar por el costado de la Catedral Basílica de León, algunas participantes también dejaron mensajes, en la pared hasta donde pudieron hacerlo, porque una valla de personas impidió que escribieran a todo lo lardo del costado y frente del recinto religioso.

Al llegar a la zona peatonal, gran parte de las participantes se retiraron mientras se realizaba el mitin, la protesta, el diálogo entre ellas.

Ahí, contaron las historias personales, algunas en voz propia, otras dando voz a sus amigas, hermanas, vecinas, familiares.

“Yo sí te creo” fue la respuesta más escuchada ante las narraciones de violaciones cometidas por primos, tíos, amigos y jefes. Todas con nombre, apellido e imágenes que fueron colocadas en la base del asta bandera.

Gran parte de las mujeres se fue retirando mientras se sucedían las participaciones de las mujeres que denunciaban y exigían acceso a la justicia  para todas las mujeres, no más tratos indignos y sanciones a funcionarios que violenten a las mujeres, entre otras peticiones a las autoridades.

“No hay confianza en el instituto municipal de la mujer por lo que no queremos su presencia en nuestros espacios”, dijo con micrófono en mano una de las  organizadoras que se encontraba en el templete, del que fueron bajadas las mujeres periodistas con el argumento de que eran muchas personas y era riesgoso.

A las 19:33 horas una mujer daba la siguiente instrucción: “todas, por favor, abajo. Cuiden a las más pequeñas. Las que traigan bebés protéjanse. Por favor, todas tranquilas. Mantengan la calma. Agáchense, por favor. No se levanten. No traten de moverse”. Se había activado el código rojo porque alguien confundió a un hombre con un soldado, así que la aclaración llegó pronto: “Ya nos informaron que son personas de la iglesia. Vamos a ir un equipo de seguridad allá”. Después de este alertamiento ya no supo más.

Mientras el mitin continuaba, otras mujeres aprovecharon para hacer pintas y pegar decenas de letreros en las paredes, venta y puerta principal de la Presidencia Municipal de León que siempre está abierta pero que, en esta ocasión, fue cerrada porque adentro se desarrollaba la jornada de talleres que impartió el Instituto Municipal de las Mujeres (IMMujeres).

Poco antes de las 20:00 horas, una mujer pidió por micrófono a un hombre que se retirara: “Váyase”, instrucción que comenzaron a gritar las presentes. Se trataba de un camarógrafo de Televisa que realizaba su trabajo dando cobertura al evento, pero las manifestantes se lo impidieron al grito de “Váyase, váyase” porque deseaban que la cobertura periodística la realizaran exclusivamente mujeres.

Así, fue terminando el mitin. Para las ocho de la noche ya quedaban pocas que comenzaron a retirarse, cuidándose unas a otras.

“Nos queremos vivas”.

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