Agencia Investigación y Desarrollo.-La leucemia linfocítica es un tipo de cáncer en la sangre de desarrollo lento, en el que los glóbulos blancos, conocidos como linfocitos, se multiplican de manera anormal. En México, se estima que una de cada 200 personas está en riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Cabe destacar que este tipo de cáncer comienza en la médula ósea y se extiende a la sangre, y una vez ahí se puede diseminar a otras partes del cuerpo, como nódulos linfáticos, hígado y bazo.
Una vez reconocido el daño, lo común es que se indique quimioterapia como tratamiento, aunque los efectos secundarios suelen ser devastadores en gran porcentaje de casos. Sin embargo, existen alternativas terapéuticas que ofrecen resultados alentadores.
En nuestro país, por ejemplo, la nueva generación de terapias dirigidas orales contra la leucemia linfocítica crónica son los inhibidores de la tirosina Quinasa de Bruton (BTK, por sus siglas en inglés), la cual ha demostrando tener tasas de respuesta mejores a la quimioterapia, pero con menos efectos secundarios, de acuerdo con la Sociedad Americana de Hematología.
“No es quimioterapia, son tres cápsulas que se ingieren una vez al día y que atacan el mecanismo de proliferación de las células cancerosas, es decir, inhibe la vía de comunicación entre ellas y pone un alto a su reproducción”, explica el doctor Miguel Herrera Rojas, especialista en hematología.
El fármaco Ibrutinib es un inhibidor de BTK que ataca selectivamente las células de la leucemia, propiciando su muerte y evitando que crezcan, en tanto que deja las células normales ilesas.
Quienes padecen este tipo de leucemia tienen mayor propensión a infecciones, porque hay menos glóbulos blancos sanos, y se pueden presentar moretones o hemorragias por el bajo nivel de plaquetas, dejando indefenso al organismo.
La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios aprobó en 2014 a Ibrutinib para el tratamiento de pacientes con leucemia linfocítica crónica y linfoma de células del manto. “Funciona adecuadamente para ambas enfermedades, pero en general el primer mes tiene respuestas favorables, y la calidad de los resultados mejora con el avance del tratamiento”, enfatiza el doctor Herrera Rojas.
De acuerdo a estudios del laboratorio fabricante, Janssen Pharmaceutical Companies, los inhibidores de la BTK demostraron una tasa de supervivencia libre de progresión del 88 por ciento al cabo de seis meses de tratamiento en personas que viven con leucemia linfocítica crónica.
Por otra parte, el llamado linfoma de células del manto es considerado una enfermedad rara que en México representa del tres al 10 por ciento de todos los linfomas. En Europa, se sabe, afecta a menos de una de cada dos mil personas. La edad promedio en el momento del diagnóstico es de 65 años.
Este tipo de cáncer afecta generalmente a los ganglios linfáticos pero puede diseminarse a otros tejidos, como médula ósea, hígado, bazo y el tracto gastrointestinal.
Finalmente, el hematólogo especialista en trasplante de médula ósea, puntualiza que Ibrutinib es muy bien tolerado por la mayoría de los pacientes, y que menos del cinco por ciento de quienes lo administran son intolerantes al tratamiento.
“Es muy importante acudir con el hematólogo si hubiera antecedente familiares de leucemia, o bien de presentarse síntomas como inflamación en los ganglios, baja de peso, anemia, cansancio y/o fatiga, ya que este tipo de cáncer no se manifiesta fácilmente. No obstante, al ser diagnosticado y que el medicamento se use lo más pronto posible, se brindarán mejores resultados, por ejemplo, en el primer mes se nota respuesta”.