Por: Enrique Avilés Rodríguez/Fotos: Gerardo García/Kuali
“Descansad en paz, pues el error jamás se repetirá”
Leyenda en el Cenotafio de Hiroshima
El año pasado, en el marco del Año del Intercambio México-Japón 2013-2014, los gobernadores de Guanajuato, Miguel Márquez, e Hiroshima, Hidehiko Yusaki, firmaron en la Alhóndiga de Granaditas un Acuerdo de Amistad y Entendimiento entre ambas ciudades. Unos días antes, para confirmar las buenas intenciones diplomáticas, se invitó a los príncipes Fuhimito Akishino y su esposa Kiko para la inauguración del 42 Festival Internacional Cervantino que tuvo como país invitado a Japón.
A casi un año de la firma del acuerdo el miércoles pasado, antes de la actuación de Kagura de Hiroshima en el Teatro Principal, se presentaron los gobernadores del estado de Guanajuato y de la prefectura de Hiroshima, así como el director del FIC y otros funcionarios japoneses para celebrar el primer aniversario del acuerdo.
Entre los resultados inmediatos se puede mencionar el intercambio de estudiantes a nivel preparatoria, la presentación de la colección de Diego Rivera en varios museos del Japón y una exposición en Hiroshima sobre Guanajuato –su historia, industria y tradiciones– que han visitado más de 50 mil personas. Para esta edición del FIC y como parte del Acuerdo de Amistad y Entendimiento, se presenta el grupo de danza-teatro Kagura de Hiroshima, que es una expresión escénica tradicional representativa del Japón milenario.
El canto y danza Kagura es un antiguo ritual para celebrar la llegada del otoño y para agradecer a los dioses las buenas cosechas, el señor Kazyoshi Hamada dice: “…hemos conservado nuestro Kagura desde tiempos ancestrales para los dioses de México”, y con ese ánimo han preparado dos piezas: Momiji Gari –basada en una obra de teatro Noh del siglo XV escrita por Kanze Kojiro Nobumitsu– que narra la descomunal lucha del samurái Tairano Koremochi contra una diablesa que moraba en el monte Togakure y aterrorizaba a los pobladores de los alrededores.
Para enfrentar a la diablesa el samurái debe atravesar un bosque en el que encuentra a una hermosa mujer –la diablesa transfigurada– que lo embriaga con sake para matarlo. En esta situación aparentemente insalvable se le aparece al samurái el dios Jachiman Daibosatsu quien le entrega una espada mágica con la que después de una ardua batalla logra vencer y matar a la temible diablesa.
En la segunda parte la agrupación Kagura de Hiroshima presentó la pieza Yamata no orochi que está basada en una antigua leyenda sintoísta –religión panteísta japonesa– que narra cómo en sus viajes por la nación el dios Susanoo no mikoto, tercer hijo del dios que fundó Japón, descubre que en el país Izumo una monstruosa serpiente de ocho cabezas llamada Yamata no orochi, aterroriza a una pareja de ancianos que muy afligidos le cuentan que tenían ocho hijas pero “…las serpiente con ocho cabezas se ha comido una de nuestras hijas cada año, y pronto vendrá para comer a la última que nos queda…”, ante esta situación el dios les propone matar a la serpiente para salvar a su hija pero a cambio pide que se la den en matrimonio, propuesta que los padres aceptan inmediatamente para salvar así la vida de su amada hija.
Hay que destacar que la entrada a escena de las ocho serpientes causó un gran impacto entre los asistentes, son ocho serpientes manipuladas magistralmente por los bailarines que se las tienen que ver con unas “botargas” de varios metros de largo que se enroscan, se entrelazan para hacer una sola gran serpiente, se pasean por el escenario luciendo su atractivo diseño y colorido.
El dios sabe que a la serpiente le gusta mucho el sake –bebida alcohólica japonesa– y le prepara uno pero envenenado, mas el brebaje no mata a la serpiente pero sí le induce un profundo sueño que el dios aprovecha para atacar a la espantosa criatura, que se despierta al momento para dar su última y más denodada batalla. La prolongada escena de la lucha del dios contra la serpiente es muy espectacular, le va cercenando una a una las cabezas hasta aniquilarla. Gracias a este triunfo el dios Susanoo no mikoto se desposa con la joven y así termina felizmente esta deslumbrante leyenda, que el público agradeció con un gran aplauso.
El hermanamiento de las ciudades de Hiroshima y Guanajuato me parece muy importante porque más allá de los vínculos comerciales y la presencia de personas e industrias japonesas en el estado, hay en ambas ciudades un poderoso vínculo espiritual al que aspiran todos los seres humanos de la tierra que es la búsqueda de la paz, la instauración de una paz duradera.
En nuestra ciudad el corazón del centro histórico esta bellamente ocupado por el Monumento a la Paz, obra del escultor hidrocálido Jesús F. Contreras, en Hiroshima tienen a la Cúpula Genbaku como Memorial de la Paz de Hiroshima, que nos recuerda el inhumano y criminal uso de una bomba atómica de uranio sobre una ciudad que tuvo como principales víctimas a más de 140 mil ciudadanos comunes y corrientes. Ese hecho atroz no puede volver a repetirse por ningún motivo. La humanidad clama por la paz y es deber de todos trabajar para alcanzarla