¿CÓMO SERÁ LA NUEVA POLÍTICA EXTERIOR DE BRASIL?

ENCUENTRO CON GOROSITO…

Hablar de Brasil en materia diplomática, es referirse a un país cuya Cancillería Itamaraty es reconocida por la calidad de lo que ella ha emanado históricamente, siendo el órgano responsable de ejecutar la política exterior del gigante Latinoamericano.

El presidente electo Jair Bolsonaro ha dado a conocer un giro de 180º en la política exterior. Este Capitán de la Reserva del Ejército, admitió entre otros temas la necesidad de darle al Mercosur (Mercado Común del Sur), el bloque integrado por Uruguay, Argentina, Paraguay y Brasil y Venezuela que está suspendida, una nueva dimensión.

Bolsonaro es partidario de una política exterior “sin connotación ideológica” y basará el núcleo de la misma con su aproximación a los Estados Unidos de América. Si bien aún no se ha revelado el nombre del futuro canciller; se informó que el primer viaje al exterior como presidente lo haría a Chile, siguiendo Estados Unidos de América y posiblemente el Estado de Israel.

Recordemos que el presidente de Chile, Sebastián Piñera, en una entrevista con el diario La Tercera, al ser consultado sobre el presidente electo del gigante amazónico dijo: no compartir “muchos de sus dichos del pasado, sobre prejuicios sexuales, la mujer, las dictaduras y la diversidad étnica”. Pero señaló que los brasileños votaron por él porque en el otro bando había un gobierno que “durante mucho tiempo había permitido, tolerado, incluso alimentado la corrupción, el estancamiento, la mediocridad, la violencia y la falta de seguridad”.

También Bolsonaro adelantó que las Fuerzas Armadas formarán parte de la política nacional, algo que no sucedió en gobiernos anteriores: “No van a ser relegados como en los gobiernos de Fernando Henrique (Cardoso) y del PT”, dijo a la prensa nacional e internacional.

Es muy posible que el primer presidente de derecha de Brasil en más de 3 décadas, anule la tradicional política exterior brasileña de “arco iris”, lo que podría traer importantes implicaciones a nivel mundial. Por ejemplo con el gigante asiático (República Popular China), Bolsonaro ha atacado su avance económico como lo ha hecho Trump, igualmente al régimen venezolano que lidera Maduro y ha prometido trasladar la embajada de Brasil en Israel a Jerusalén, y en campaña prometió, retirar al país del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, como lo hizo la Unión Americana.

El discurso de “Brasil Primero”, marca un contraste radical con la tradicional política exterior brasileña, que en los últimos años ha buscado apuntalar la creación de un mundo multipolar en alianza con otras importantes economías “emergentes” como China, en franca oposición con los Estados Unidos. Recordemos que Brasil es país fundador del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).

Durante la campaña electoral, en más de una oportunidad, Jair Bolsonaro dijo que esperaba ser un sólido aliado de Estados Unidos e incluso si ganaba los comicios imitaría gran parte de la agenda nacionalista que lleva adelante Donald Trump. Tengamos presente que en un mitin, con partidarios radicados en Estados Unidos, llevada a cabo el año pasado, Bolsonaro externó: “Trump tendrá un gran aliado en el Hemisferio Sur”. Y afirmó: “Trump es un gran ejemplo para mí, y en muchos sentidos para Brasil”.

Otro tema que se ha venido manejando y que es importante, es Palestina. Brasil le reconoció en el 2010 como Estado independiente. En campaña Bolsonaro, señaló en varias oportunidades no reconocer la condición de Estado palestino y que cerraría o degradaría la misión diplomática de la Autoridad Palestina en Brasilia. “¿Palestina es un país?”. Palestina no es un país, por lo que no debería haber embajada aquí; dijo en agosto. Mientras que una vez conocidos los resultados de la segunda vuelta, el Primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu, dijo que planea asistir a la toma de poder de Bolsonaro el 1º de enero del 2019, si el viaje se realiza, será el primer líder israelí en visitar la cuarta democracia más importante del mundo.

Este quizás sea uno de los temas más delicados que deberá afrontar la nueva política exterior de Brasil. En Brasil radica una importante comunidad árabe y palestina desde hace décadas, integrada totalmente a la vida social, política y económica. Si bien el traslado de la embajada brasileña a Jerusalén según allegados a Bolsonaro, “ayudaría a avanzar en el proceso de paz en Medio Oriente”. El hecho real es que Brasil y los países árabes tienen vínculos comerciales muy estrechos y esta medida podría afectar el comercio.

Comparto textual, una parte del Plan de Gobierno que trata la política exterior, que presentara Jair Bolsonaro ante la justicia electoral: “Dejaremos de alabar dictaduras e incluso atacar democracias importantes como las de Estados Unidos, Israel, Italia. No haremos más acuerdos comerciales espumosos o entregaremos el patrimonio del pueblo brasileño a dictadores internacionales”.

¡Hasta el próximo encuentro…!

Dr.(c) Washington Daniel Gorosito Pérez

 

 

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.